Las dos primeras horas después del parto es un momento crucial para el establecimiento del vínculo y la lactancia y no se debe separar a mamá y bebé bajo ningún concepto a no ser que sea por causa de fuerza mayor.
El contacto piel con piel es fundamental para la diada y hay que favorecerlo por los múltiples beneficios para ambos tanto a nivel físico como emocional.
¿Te separaron de tu bebé al nacer? ¿Por qué motivo?